Mensaje de Pascua del Padre Alberto: Reflexiones sobre el sufrimiento y la construcción de una mejor sociedad

En su reflexión pascual, el Padre Alberto Cicconi abordó el tema del sufrimiento humano y la importancia de vivirlo con amor. "El sufrimiento es una realidad inevitable en la vida de cada persona. Todos enfrentamos momentos de dolor: duelos, fracasos, angustias, enfermedades...", compartió el párroco de Arequito en diálogo con La Noticia. Y añadió que la Cruz, símbolo central del cristianismo, ofrece una enseñanza sobre cómo abrazar el sufrimiento con amor y servicio hacia los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús.

El Padre Cicconi distinguió entre el sufrimiento con un propósito cristiano y el sufrimiento sin sentido. "Dios nos enseña que el sufrimiento puede ser redentor cuando se ofrece con amor y se acompaña a quienes lo padecen", subrayó. “En cambio hay sufrimientos que no sirven para nada, como por ejemplo, aquel que se revela, el que se opone a los demás, el que quiere hacerle mal a los demás”.

En otro aspecto de su mensaje, el Padre Cicconi hizo un llamado a la reflexión sobre la situación actual de la Argentina, tanto en el ámbito social como económico. Expresó la necesidad de buscar la unidad y erradicar la corrupción para aprovechar plenamente el potencial del país.
"Es tiempo de pedir a Dios la sabiduría y la creatividad necesarias para construir una sociedad más justa y unida", afirmó el sacerdote. Destacó la importancia de reconciliarnos y trabajar juntos por un país donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su desarrollo personal y vivir en condiciones dignas.

“Las grandes universidades del mundo cuando hablan de países desarrollados y subdesarrollados, enseñan por qué unos se desarrollaron y otros no. Y ponen dos ejemplos que son paradigmas: Japón y Argentina”, mencionó. “Uno no se desarrolló y el otro, sin ninguna posibilidad, en una isla de roca volcánica, pudo desarrollarse”.

En resumen, el mensaje del Padre Cicconi nos invitó a reflexionar sobre el significado del sufrimiento y a comprometernos con la construcción de una sociedad más justa y unida, en línea con el espíritu de la Pascua.